FAUNA E INSECTARIO CARCELARIO
Dentro del mundo de maximas seguridades,
entre el cielo enrrejado y la espesa capa de cemento surge una particular fauna,
una naturaleza excepcional que incursiona esta arquitectura.
Gatos, perros y conejos aparecen en sueños,
mientras que siluetas de pajaros cruzan fugazmente el cielo.
Una que otra pequeña cucaracha deambula por la celda,
desde el calor de los focos
o paseando por los agujeros de la caja metalica que proteje la caja de mentiras
-esa pequeña ventana al mundo, caleidoscopio de la realidad-
Soy honesto: no me agradan, se los digo y lo saben.
Una araña vino a visitarme, la salude -amiga de un amigo que tanto afecto les tenia-
y la deje seguir su camino.
En el patio yace uno que otro cadaver de alguna abeja
que desafortunadamente termino su viaje en este cuadrado.
En mi estadia en este castigo preventivo
me he topado felizmente con dos chinitas,
que valientemente volaron por todo este barrio carcelario
de groseros monumentos a su justicia.
Insectos que dos veces se decidieron a cruzar el cielo enrrejado
-inversamente a lo ocurrido hace mas de una decada-
justo a la hora, justo en el sitio presiso para acercarse a mi,
nos miramos he hicimos nueva compañia.
Para el resto de los presos -dentro de una mitologia carcelaria-
es una señal inequivoca de buena suerte...
¿Quien sabe?
Dentro del mundo de maximas seguridades,
entre el cielo enrrejado y la espesa capa de cemento surge una particular fauna,
una naturaleza excepcional que incursiona esta arquitectura.
Gatos, perros y conejos aparecen en sueños,
mientras que siluetas de pajaros cruzan fugazmente el cielo.
Una que otra pequeña cucaracha deambula por la celda,
desde el calor de los focos
o paseando por los agujeros de la caja metalica que proteje la caja de mentiras
-esa pequeña ventana al mundo, caleidoscopio de la realidad-
Soy honesto: no me agradan, se los digo y lo saben.
Una araña vino a visitarme, la salude -amiga de un amigo que tanto afecto les tenia-
y la deje seguir su camino.
En el patio yace uno que otro cadaver de alguna abeja
que desafortunadamente termino su viaje en este cuadrado.
En mi estadia en este castigo preventivo
me he topado felizmente con dos chinitas,
que valientemente volaron por todo este barrio carcelario
de groseros monumentos a su justicia.
Insectos que dos veces se decidieron a cruzar el cielo enrrejado
-inversamente a lo ocurrido hace mas de una decada-
justo a la hora, justo en el sitio presiso para acercarse a mi,
nos miramos he hicimos nueva compañia.
Para el resto de los presos -dentro de una mitologia carcelaria-
es una señal inequivoca de buena suerte...
¿Quien sabe?
*Pepa*
preso politíco antiautoritario
preso politíco antiautoritario
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